El presidente de la jerarquía católica española disfruta con la victoria de sus creencias en California con respecto al matrimonio gay, y tan pronto como cabía esperar se ha pronunciado para vocear que hubiese sido bueno que en España también se hubiese hecho el referéndum para que, piensa él, la mayoría de españoles con derecho a voto hubiesen votado contra el principio básico constitucional de que todos somos iguales y debemos tener las mismas oportunidades para desarrollarnos en la vida y en la sociedad, es decir, que nos hubiesen negado el derecho a ser matrimonio legalmente.
Lo que parece obviar es que las encuestas tienden a ser favorables a que el matrimonio sea para todos.
Lo que parece obviar es que si nos ponemos a votar refrendros igual la mayoría de españoles votaría que no quieren seguir manteniendo a la Iglesia a través de los impuestos que nos obliga a dar el Estado (prueba evidente es que cada vez menos gente pone la X en la casilla destinada a la Iglesia en la declaración de la Renta). Por lo visto para recaudar dinero o para poner trabas para la apostasía de nosotros, gays o no, sí están dispuestos -es como en los países que no aprueban los derechos para gays, que nos dan deberes y a cambio no reciben derechos.
En fin, que democracia es integración y no fomento de la discriminación. Claro que cuando la Iglesia sea democrática igual aceptan la diversidad de la ciudadanía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario