Ayer noche, ví la "exclusiva primera entrevista en Europa al primer y único hombre embarazado del mundo" como la promocionaron en el programa ¿Dónde estás corazón?
Thomas Beatie quedó embarazado y parió una niña de forma natural porque aún siendo un hombre nació con cuerpo de mujer, y en su proceso físico ha mantenido su aparato reproductor femenino.
Obviando los esperados prejuicios de entrevistadores (puesto que prácticamente las preguntas casi siempre trataban sobre normalidad o monstruosidad), lo que más reseñaría es la tranquila paz y alegre sonrisa de Thomas Beatie y la demostración de amor con su mujer.
¿Qué importa que haya una parte de la gente que no comprenda que el amor es así y que no quiera aceptar que la vida es diversa, si han cumplido el más grande y mágico de sus sueños?
Esa niña nacida rodeada de amor seguramente crezca feliz en la normalidad de la relación de sus progenitores y el unico daño que pueda sentir es de las personas intolerantes que no respetan a su familia.
Yo sí entendía cada palabra de Thomas Beatie y su mujer, y espero que alguien abriese su mente, porque aunque no me sorprendían las facilonas preguntas de los periodistas, a veces me irritaba ver que todo giraba en torno a cuestionar y obligar a justificar lo ocurrido cuando para mí sin ser creyente era como un milagro de la naturaleza del ser humano y la vida.
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