El Vaticano se opone a la propuesta que Francia, como presidente de turno de la Unión Europea, plantea presentar ante la ONU para exigir la despenalización universal de la homosexualidad.
Porque "con una declaración de valor político, suscrita por un grupo de países, se pide a los estados y a los mecanismos internacionales de actuación y control de los derechos humanos que añadan nuevas categorías protegidas de la discriminación, sin tener en cuenta que, si se adoptan, éstas mismas crearán nuevas e implacables discriminaciones", muy probablemente en alusión al temor de la persecución de la apología y la libertad de expresión homofóbica con la que tan acostumbrados nos tienen. Su desalmada paranoia va más allá, puesto que estar a favor de la despenalización de la homosexualidad es el previo y definitivo paso para el reconocimiento de las parejas gays en matrimonio según fuentes vaticanas: "los estados que no reconocen la unión entre personas del mismo sexo como 'matrimonio' serán puestos en la picota y serán objeto de presiones".
Como buen maestro de la doble moral e hipocresía dice que "El catecismo de la Iglesia católica dice, y no desde hoy, que en lo que respecta a las personas homosexuales se debe evitar cualquier muestra de injusta discriminación". ¡Menuda contradicción! "Todo lo que va en favor del respeto y de la tutela de las personas forma parte del patrimonio humano y espiritual del Vaticano" ¡Joder, cuánto daño hace la homosexualidad reprimida! ¡Esta gentuza no tienen salvación de Dios!
Cuando se habla de despenalizar la homosexualidad se trata de que a los homosexuales se les está criminalizando y matando en muchos países, y al Vaticano sólo se le ocurre verlo desde el prisma de los asuntos gays occidentales para mantener y aferrarse a su poder cuando el tema es la protección y dignidad de vidas humanas en Estados enfermos de homofobia que ni de lejos se plantean la posibilidad del reconocimiento del matrimonio. ¡Es salvar vidas, Dios!!
Más obscenos se han mostrado aún arguyendo que no están solos y que son mayoría ya que más de 150 países no se han adherido a la propuesta y que sólo lo han hecho menos de 50 de las Naciones Unidas. Lo que no dice es que esos pocos países a los que critica son los más avanzados del mundo con las democracias más sanas y los derechos humanos más respetados y que el Vaticano para lo que le interesa si está muy agusto en Europa, y si no que se lo digan a los italianos que tienen que aguantarlos omnipresentemente.
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