O de como ser juez y no cumplir con tu trabajo como corresponde sin anteponer credos propios.
El juez Calamita, que arguyó y obstaculizó lo que pudo para que una mujer lesbiana no pudiera adoptar a la hija de su mujer, está siendo juzgado por creer que su religión está por encima de las leyes para hombres y mujeres recogidas en las instituciones estatales.
En Murcia donde resido y donde hay una mayoría del PP, unos cuantos ciudadanos vitoreaban al Calamita y éste haciéndose la víctima del asunto declaraba que todo era por una cristofobia extendida en España. Pero que él lo superaría con la ayuda de su Dios y de esa gente que poco más piensa que deberían hacerlo un héroe de la resistencia del diabólico lobby gay y el Estado laico y constitucional.
El Tribunal Superior de Murcia subrayó que este juicio no es religioso ni inquisitorial pese al martirio buscado de Calamita, sino simplemente el garantizar que la ley se ejecuta como debe ser y que todos los ciudadanos merecen para seguir respetando la justicia.
Los homosexuales no perseguimos a nadie, él trató de impedir a dos mujeres lesbianas legalizar su familia y ellas tratan de hacer valer sus derechos. Susana Meseguer y Vanesa de las Heras sí son heroinas porque ante la homofobia y la injusticia siempre hay que denunciar.
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