El Constitucional (de España ) acaba de denegar a un progenitor de un menor los derechos de todo padre de compartir la custodia con su exmujer en igualdad de condiciones. El motivo: el padre es transexual. Alega que el menor puede trastornarse con el cambio físico de su progenitor. Es por el bien del menor, dicen, y eso después de que expertos concluyeran que tanto el progenitor como el menor estaban bien y asumían positivamente la situación, tanto que el menor quiere seguir viendo a su padre (madre).
Todo esto llegó al Constitucional tras los impedimentos que la madre interpuso contra el padre tras conocer los pasos de su exmarido respecto a su transexualidad. La mujer transexual tuvo que recurrir al Constitucional tras humillantes sentencias de anteriores jueces. Ahora el Constitucional vuelve a dejar indefensa a esta mujer por el hecho de ser transexual. Un fallo que deja una clara injusticia tanto al progenitor como al menor, que solo podrá ver a su padre 3 horas cada 15 días y delante de alguien para asegurarse de que el menor no se traumatiza.
Un fallo basado en la moralidad de los que ejecutan las leyes judiciales por encima del principio de igualdad. Para colmo, han decidido que el hijo, aunque diga que quiere seguir viendo a su progenitor, no tiene capacidad de decisión por ser menor y le achacan además que padece inestabilidad emocional.
La felicidad y sí, también la estabilidad y tranquilidad, de las dos partes se infravalora por encima de una victoria transfóbica evidenciada nada más y nada menos que por el más alto tribunal de este país. Esta acción no dista mucho de la que pretendió el tal Calamita, así que con que el homófobo de Calamita recurra hasta el Constitucional igual hasta le dan la razón. Sí así es como actúan quienes representan los derechos de los ciudadanos ¿podemos confiar en que la justicia es para todos la misma? ¿Éste es el tribunal que va a decirnos si el matrimonio entre personas del mismo sexo es o no es constitucional?
A la afectada sólo le queda recurrir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, lo cual ya ha empezado a hacer.
Más vale que pensarán en proteger a los niños y adolescentes homosexuales que nacen en senos hostiles, de ultracatólicos por ejemplo, donde se les lleva a terapias para curar su homosexualidad y en donde a veces el joven sólo ve huida en el suicidio. ¿Para cuando quitarles la custodia a esos padres que odian lo que son sus hijos y los atormentan con castigo divino?
Todo esto llegó al Constitucional tras los impedimentos que la madre interpuso contra el padre tras conocer los pasos de su exmarido respecto a su transexualidad. La mujer transexual tuvo que recurrir al Constitucional tras humillantes sentencias de anteriores jueces. Ahora el Constitucional vuelve a dejar indefensa a esta mujer por el hecho de ser transexual. Un fallo que deja una clara injusticia tanto al progenitor como al menor, que solo podrá ver a su padre 3 horas cada 15 días y delante de alguien para asegurarse de que el menor no se traumatiza.
Un fallo basado en la moralidad de los que ejecutan las leyes judiciales por encima del principio de igualdad. Para colmo, han decidido que el hijo, aunque diga que quiere seguir viendo a su progenitor, no tiene capacidad de decisión por ser menor y le achacan además que padece inestabilidad emocional.
La felicidad y sí, también la estabilidad y tranquilidad, de las dos partes se infravalora por encima de una victoria transfóbica evidenciada nada más y nada menos que por el más alto tribunal de este país. Esta acción no dista mucho de la que pretendió el tal Calamita, así que con que el homófobo de Calamita recurra hasta el Constitucional igual hasta le dan la razón. Sí así es como actúan quienes representan los derechos de los ciudadanos ¿podemos confiar en que la justicia es para todos la misma? ¿Éste es el tribunal que va a decirnos si el matrimonio entre personas del mismo sexo es o no es constitucional?
A la afectada sólo le queda recurrir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, lo cual ya ha empezado a hacer.
Más vale que pensarán en proteger a los niños y adolescentes homosexuales que nacen en senos hostiles, de ultracatólicos por ejemplo, donde se les lleva a terapias para curar su homosexualidad y en donde a veces el joven sólo ve huida en el suicidio. ¿Para cuando quitarles la custodia a esos padres que odian lo que son sus hijos y los atormentan con castigo divino?
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